Katya Svetlana es una cazarratas joven, de orígen Kislevita. Se crió huérfana en un convento de Shallya y tiene claro que los culpables de la muerte de sus padres son hombres ratas, aunque todos la toman por loca cuando lo expresa en público.

Edad: 16 años
Nacimiento: Dia del Misterio, año 2496
Signo: La bailarina
Motivación: Venganza
Profesión: Cazarratas
Peculiaridades
Aspecto: Svetlana es una mujer alta (1,82) y delgada. Tiene un pelo rubio ceniza que siempre lleva trenzado de una forma u otra. Tiene los hojos gris claro con una mirada a menudo fría y seria. Pese a ser huérfana su educación a manos de Shallya la han enseñado las buenas maneras y a moverse con cierta gracia y desenvoltura. Aunque para sobrevivir, prefiere mostrarse dura.
Personalidad: Pese a su pose dura, Katya es bastante insegura y no expresa demasiado sus opiniones, prefiere que sean otros que tomes decisiones. Busca desesperadamente una figura materna o paterna que le aporte la seguridad de la que carece. Cuando habla se expresa con acento Kislevita, aunque es artificial; habla perfectamente el reiklandés, però al hablar así mucha gente se sorprendió que no tuviera acento kislevita así que desarolló la habilidad de imitar el acento kislevita hasta tal punto que ya lo hace sin pensar. Cree que le da un aire más duro y respetable.
Psicología: Katya siente Odio hacia las ratas y los skaven (ignorando que lo son, pero tiene mucho odio hacia las ratas muy grandes y muy inteligentes). Cuando llega su aniversario, siente Miedo. Tiene Prejuicios sobre los Osttenmarkenses y especialmente los guardias o soldados de allí, pues los ve como unos necios que han permitido que una desgracia ocurra dos veces.
Objetos, abalorios y mascotas: Katya tiene un perro, Kobla, que compró tras la muerte de su primer perro, Boris. Lleva siempre una plaquita de madera con un cadáver de rata clavado, disecado y medio podrido, con patas y brazos abiertos. Es el cadáver de la primera rata que mató, y lo lleva como «tarjeta de presentación». También lleva siempre un pendiente con el símbolo de Shallya (una paloma), a la que profiere devoción.
Biografía
Primeros años
Katya nació el día de Geheimnisnacht, la noche del misterio, y en aquella noche, la luna malvada Morrslieb radiaba una luz peculiarmente verdosa. Nació en Bechafen, Ostermark, en una familia de refugiados kislevitas de Praag. La noche que nació, el hospital en la que se encontraba su familia fue atacado misteriosamente desde las alcantarillas. Nunca supo nada más, salvo que sus padres y la mayoría de personas presentes desaparecieron esa noche.
Ingresó en el orfanato local regentado por el culto de Shallya. Las sirvientas y personas del culto conocían a su familia que había estado un tiempo recibiendo la ayuda del culto. La hermana Vyolda fue la principal encargada de criarla, y había sido muy amiga con su madre, Natatsya. También había viajado a menudo a Kislev y conocía bien esta cultura que transmitió a Katya. Esta estaba encantada con estas historias, pues de alguna forma le proporcionaba las raíces que desaparecieron con sus padres

La segunda noche maldita
Con diez años Katya empezó a ayudar en las tareas del hospital en el que había nacido, regentado ahora por el culto de Shallya. Ayudaba principalmente en las tareas de la cocina. Eran tiempos tranquilos aunque Katya tenia mucha aversión a la noche del misterio. Cuando llegó la noche del misterio de su decimotercer aniversario, notó cómo, mientras todo el mundo en el hospital dormía, unos extraños sonídos provenían del alcantarillado bajo de la cocina, cerca de donde ella dormía. Se escondió enseguida en un pequeño armario, bajo ropa de cama. Notó unos pasos que se acercaron y abrieron la puerta de su diminuto cuarto. Los seres que entraron husmearon un poco en la habitacion y abrieron el armario en el que estaba, para luego cerrarlo. Oyó como esos seres se iban sin haberla encontrado. Siguió oyendo pasos, alboroto y algunos gritos. Era obvio que esos seres llegados de las profundidades estaban capturando a gente y robando.

Esperó hasta que llegó el silencio, y se aventuró a salir a la cocina. De repente, oyó unas voces y se escondió bajo una mesa, sin hacer ruido. Observó como entraban dos seres con aspecto de rata gigante, peleándose por un saco mientras cruzaban la cocina y entraban en la despensa subterránea. Katya se quedó allí un buen rato más, tras lo cual recorrió todo el hospital, sin encontrar a nadie. Enseguida fue a avisar a las autoridades. La guardia de la ciudad inspeccionó el hospital, pero la narrativa de la chica sobre ratas humanas y el hecho que no había ninguna entrada subterránea hizo que nadie se tomara en serio su testimonio. La desaparición de toda la gente era en efecto muy perturbador, pero los guardias se limitaban a decir «Cosas así solo pueden ocurrir en Geheimnisnacht».
Un propósito
Tras lo acontecido en el hospital, Katya lo tuvo claro. Lo que ocurrió aquella noche es lo mismo que había ocurrido el día de su nacimiento. Katya desarrolló un odio profundo hacia los roedores y especialmente las ratas. Desde entonces, se dedicó a buscarlas y matarlas, con la esperanza de encontrarse con alguna pista sobre las ratas gigantes que asaltaron al hospital. Por un lado, era una labor que se valoraba muy bien en el Imperio, y empezó a ganarse la vida así. Por otro lado, siempre que explicaba lo acontecido y hablaba de los hombres rata, la gente se mofaba, la llamaban loca, o en el peor de los casos, la amenazaban con denunciarle a las autoridades.
Aún así, Katya no desistió, y tenia la convicción que al cumplir 26 años, 13 años después de los hechos del hospital, los desdeñables seres que asaltaron el hospital dos veces volverían, y ella estaria esperándolos, preparada.
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